Esta semana el gobierno Nacional abrió la puerta al uso de fracking -práctica de extracción de petróleo y gas mediante fractura hidráulica de yacimientos no convencionales- en el proceso de licitación Ronda Colombia 2014 que conduce la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).
Esta decisión se toma sin suficiente información y discusión pública y desconoce el principio de precaución, consagrado en la Ley 99 de 1993 y en la Declaración de Rio de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
La aprobación de esta tecnología es inconveniente porque no son claros los controles, garantías y salvaguardas que se van a implementar con una tecnología tan controversial por sus efectos para los ecosistemas, el agua y la salud humana.
El marco regulatorio aprobado por el Ministerio de Minas y Energía no establece, por ejemplo, medidas concretas sobre la protección o restauración de ecosistemas donde se utilice fracking.
Expertos como Manuel Rodríguez Becerra, César Rodríguez Garavito y organizaciones como la Contraloría, DeJusticia, WWF y AIDA han señalado los riesgos del fracking para el recurso hídrico del país, hoy amenazado gravemente por el fenómeno del Niño, el cambio climático y los elevados índices de contaminación. Los efectos de de esta situación se evidencian en las recientes crisis por estrés hídrico en Santander, Casanare y la Costa Caribe.
De hecho, en países como Francia y en varios estados de Estados Unidos está prohibida esta práctica extractiva; en otros como Alemania existen restricciones a esta práctica por los eventuales daños graves e irreversibles que puede causar al ambiente. Si esos países, con más información, tecnología e instituciones, toman precauciones para evitar daños irreparables, Colombia debería hacer por lo menos lo mismo.
El Partido Alianza Verde ha insistido en una moratoria que permita adecuar las instituciones a las necesidades de supervisión y control que demanda la industria extractiva. No podemos esperar al otorgamiento de licencias ambientales y a que los daños en comunidades y ecosistemas sean irreversibles para que haya acciones eficaces respecto al fracking.
Abogamos porque nuestro país entre en la era de proteger los recursos naturales, con la implementación de políticas que procuren la utilización de formas limpias para generar energía. Consideramos por tanto, que la fractura hidráulica, es un nuevo intento de alargar vida a un modelo energético sucio y contaminante, que pone en riesgo la vida de los ecosistemas y los seres humanos.
Para el Partido Alianza Verde el principal recurso estratégico para el desarrollo económico, ambiental y social del país es el AGUA.
Suscriben:
Senadores
Jorge Prieto Riveros
Jorge Iván Ospina
Claudia López
Iván Name
Antonio Navarro
Representantes a la Cámara
Ángela María Robledo
Óscar Ospina
Angélica Lozano
Sandra Ortiz
Inti Asprilla
Ana Cristina Paz