CIUDADANA
Los jóvenes en los años 80 vivían el narcoterrorismo, temían morir en la explosión de un carro bomba en cualquier esquina o en el fuego cruzado entre mafias, guerrillas, paramilitares y fuerzas estatales.
Esa generación fue testigo de la toma del Palacio de Justicia, el exterminio de la Unión Patriótica y el asesinato de tres candidatos presidenciales para las elecciones de 1990, cuando Claudia votaría por primera vez.
“Por quienes hubiera querido votar los habían asesinado: a Jaime Pardo, a Bernardo Jaramillo, a Carlos Pizarro y a Luis Carlos Galán. Era un dolor enorme, pero desde entonces tuve la convicción que no iba a permitir nunca que la mafia, los violentos y corruptos me impusieran por quien podía o no podía votar y que a través del Movimiento de la Constituyente íbamos a revivir y a diseñar el sistema político para que hubiera más apertura, más garantías, más derechos y más democracia, para que pudiéramos tener un futuro”.
La Séptima Papeleta fue el movimiento estudiantil que siguió a la Marcha estudiantil del silencio, que con pañuelos blancos reclamó la paz y rechazó el magnicidio de Luis Carlos Galán, en agosto de 1989. Esta iniciativa abrió el camino para convocar la Asamblea Nacional Constituyente que proclamó la Constitución Política el 7 de julio de 1991.
Claudia estudiaba biología en la Universidad Distrital y soñaba con ser médica.
Desde entonces ha promovido cambios con pasión, acción ciudadana y pacífica.
En la primera década del siglo XXI , contribuyó a la denuncia y judicialización de la parapolítica. Impactada por el discurso aplaudido de los paramilitares en el Congreso, Claudia fue una de las voces más firmes contra esta infiltración mafiosa en la política: una tercera parte de los cargos de elección popular habían sido cooptados por estos grupos ilegales.
El resultado de esta extensa investigación coordinada por ella y realizada en conjunto con investigadores de la Corporación Nuevo Arcoiris, el Grupo Método de Luis Jorge Garay, Congreso Visible, Dejusticia y la Moe fueron dos libros: (Parapolítica: la ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos (2007) y Y refundaron la patria… De cómo mafiosos y políticos reconfiguraron el Estado Colombiano (2010).
En 2015, como resultado de sus estudios de doctorado y gestión de control político al proceso de paz que firmó el Estado colombiano con las Farc en 2016, presentó su visión del fin del conflicto en su tercer libro ¡Adiós a las Farc!: ¿Y ahora qué? Construir ciudadanía, estado y mercado para unir las tres colombias.
Los jóvenes en los años 80 vivían el narcoterrorismo, temían morir en la explosión de un carro bomba en cualquier esquina o en el fuego cruzado entre mafias, guerrillas, paramilitares y fuerzas estatales.
Esa generación fue testigo de la toma del Palacio de Justicia, el exterminio de la Unión Patriótica y el asesinato de tres candidatos presidenciales para las elecciones de 1990, cuando Claudia votaría por primera vez.
“Por quienes hubiera querido votar los habían asesinado: a Jaime Pardo, a Bernardo Jaramillo, a Carlos Pizarro y a Luis Carlos Galán. Era un dolor enorme, pero desde entonces tuve la convicción que no iba a permitir nunca que la mafia, los violentos y corruptos me impusieran por quien podía o no podía votar y que a través del Movimiento de la Constituyente íbamos a revivir y a diseñar el sistema político para que hubiera más apertura, más garantías, más derechos y más democracia, para que pudiéramos tener un futuro”.
La Séptima Papeleta fue el movimiento estudiantil que siguió a la Marcha estudiantil del silencio, que con pañuelos blancos reclamó la paz y rechazó el magnicidio de Luis Carlos Galán, en agosto de 1989. Esta iniciativa abrió el camino para convocar la Asamblea Nacional Constituyente que proclamó la Constitución Política el 7 de julio de 1991.
Claudia estudiaba biología en la Universidad Distrital y soñaba con ser médica.
Desde entonces ha promovido cambios con pasión, acción ciudadana y pacífica.
En la primera década del siglo XXI , contribuyó a la denuncia y judicialización de la parapolítica. Impactada por el discurso aplaudido de los paramilitares en el Congreso, Claudia fue una de las voces más firmes contra esta infiltración mafiosa en la política: una tercera parte de los cargos de elección popular habían sido cooptados por estos grupos ilegales.
El resultado de esta extensa investigación coordinada por ella y realizada en conjunto con investigadores de la Corporación Nuevo Arcoiris, el Grupo Método de Luis Jorge Garay, Congreso Visible, Dejusticia y la Moe fueron dos libros: (Parapolítica: la ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos (2007) y Y refundaron la patria… De cómo mafiosos y políticos reconfiguraron el Estado Colombiano (2010).
En 2015, como resultado de sus estudios de doctorado y gestión de control político al proceso de paz que firmó el Estado colombiano con las Farc en 2016, presentó su visión del fin del conflicto en su tercer libro ¡Adiós a las Farc!: ¿Y ahora qué? Construir ciudadanía, estado y mercado para unir las tres colombias.
Después de su paso por el Senado, y ante la imposibilidad de tramitar allí las reformas que depuraran de clientelismo y corrupción el ejercicio de la política, fue promotora de la Consulta Anticorrupción.
El 17 de enero de 2017, Claudia registró el comité promotor de la consulta con otros líderes políticos y ciudadanos y lideró la recolección de 5 millones de firmas, el trámite en la Registraduría y el Senado para que autorizaran a los ciudadanos a votarla. Finalmente la Consulta llegó a las urnas en Agosto de 2018 donde obtuvo el respaldo de casi 12 millones de colombianos, la votación más alta en la historia de Colombia.
Aunque a la consulta le faltaron 200.000 votos para hacer sus mandatos obligatorios, se convirtió en la mayor votación en la historia de Colombia para un mecanismo de participación ciudadana.
El 17 de enero de 2017, Claudia registró el comité promotor de la consulta con otros líderes políticos y ciudadanos y lideró la recolección de 5 millones de firmas, el trámite en la Registraduría y el Senado para que autorizaran a los ciudadanos a votarla. Finalmente la Consulta llegó a las urnas en Agosto de 2018 donde obtuvo el respaldo de casi 12 millones de colombianos, la votación más alta en la historia de Colombia.
Aunque a la consulta le faltaron 200.000 votos para hacer sus mandatos obligatorios, se convirtió en la mayor votación en la historia de Colombia para un mecanismo de participación ciudadana.