Columna publicada en Vanguardia.com
Esta semana nos dimos a la tarea de evaluar cómo van los temas de seguridad, justicia, sustitución de cultivos ilícitos y protección a líderes sociales en todo el país. Pese a que el panorama para el gobierno parece perfecto y marchando sobre ruedas, no se puede hablar de una implementación exitosa de los Acuerdos de Paz y les voy a explicar por qué.
En primer lugar, el Estado no ha podido cumplir con lo más básico que era instalar las 26 Zonas Veredales, espacios donde tenían que garantizar un alumbrado y una infraestructura sencilla y les quedó grande.
Segundo, se necesitaron 5 años de negociación con las Farc para que abandonaran unos territorios, entregaran una tropa con sus armas y hoy que se ha logrado no saben qué hacer, cómo copar esos municipios y mucho menos cómo proporcionar seguridad y justicia; eso sin contar que sólo se planeó la logística gubernamental en 160 de los 240 municipios dejados por las Farc.
Tercero, es que mientras el Ministerio del Interior asegura que se está trabajando por los líderes que son blanco de ataque y asesinatos, a hoy se registran 12 policías y más de 156 líderes que han muerto por resistirse al ELN o Bacrim.
Entonces, al ver que hay errores en el plan de la implementación, el objetivo debe ser el de llevar la Fuerza Pública a esos territorios y que el gobierno haga, por fin, lo que le corresponde. No obstante, lograr esa meta es un proceso que se enfrenta a ciertos retos como implementar Comandos Conjuntos para solventar el problema en materia de seguridad, crear brigadas móviles de justicia y fomentar una economía campesina competitiva donde se obligue a erradicar la mata y se compre la pasta para evitar que se las vendan a grupos ilegales como el Clan del Golfo.
Es muy grave que el gobierno asista a esta clase de debates de control político, no reconozca las dificultades y continúe dirigiendo con actitud de ciego, sordo y mudo. Esperaríamos que de aquí en adelante haya menos ministros que presenten cifras en Powerpoint y que mejor garanticen más Estado, seguridad y justicia en los territorios.