Bajo la visión de «la ciudad de la mujer y el cuidado después del maltrato y la indiferencia», Claudia López diseñó un POT con un enfoque pionero para hacer de Bogotá un entorno que protegiera y empoderara a las mujeres en lugar de exponerlas a riesgos y agresiones.
Ante la Corporación Autónoma Regional (CAR) y la Secretaría de Ambiente, el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) ‘El Renacer de Bogotá’ (2022-2035) se convirtió en un plan que marcó un hito en la priorización del cuidado de las mujeres en la planificación urbana.
«Este POT es nuestro gran logro y una contribución de Bogotá para el mundo en la era del cuidado y de las mujeres», expresó en su momento la exalcaldesa, en compañía de las secretarías de Ambiente y Planeación.
Una de las innovaciones clave es la institucionalización de las Manzanas del Cuidado, espacios diseñados para aliviar a las mujeres de la carga del cuidado no remunerado. En su momento, el POT propuso la organización del suelo cercano a los nodos de transporte para priorizar estos espacios, facilitando el acceso de las mujeres a servicios y liberándolas del trabajo no remunerado.
La alcaldesa destacó la inclusión de una perspectiva de género con normativas específicas que favorecen la ocupación de equipamientos del sistema de cuidado, promoviendo la vida cotidiana en el primer piso y reconfigurando el espacio público. El objetivo era permitir que las mujeres tuvieran más tiempo libre, facilitando su participación en actividades educativas o laborales sin demoras innecesarias.
El POT propuesto por Claudia López buscó transformar la vida de las mujeres cuidadoras mediante la creación de Manzanas del Cuidado. En estos espacios, las mujeres acceden a servicios como lavandería eléctrica, facilitando su vida y liberándose de tareas manuales. Además, se promueve la seguridad en los trayectos y la adquisición de alimentos locales, contribuyendo a una mejora significativa en la calidad de vida y la productividad de la ciudad.
Este Plan de Ordenamiento Territorial no solo es una estrategia para la reactivación y reverdecimiento de Bogotá después de la pandemia, sino que también significó un cambio histórico al consagrar el Sistema de Cuidado como un elemento fundamental de la red de equipamientos públicos de la ciudad. Asimismo, esta normativa urbana se centró en las mujeres, niños, niñas, peatones y personas mayores, construyendo una ciudad del cuidado tras años de maltrato e indiferencia.
